Conocí
a Beto, por primera vez, al medio día, en mayo del 2006, tras negarme varias veces a quedarme a
almorzar con los compañeros de Radio Solidaridad del Bañado Sur, luego de
varias insistencias no puse oposición y
los acompañé en la siesta calurosa comiendo un rico puchero, traído del comedor comunitario.
Eran
mis primeros días de andanza en la emisora comunitaria, cuando de repente una
música folclórica marco el inicio del
Programa Rural de Educación Bilingüe Intercultural por Radio (Prebir) de Fe y Alegría. Escuche atenta
entre sorbo y sorbo del caldo, cuando se saludaron en un dulce guaraní Vero y
Beto conductores del programa de educación a distancia, la empatía. Pregunte, quiénes eran. Los compañeros entre ellos Oscar Areco dijo Vero y Beto. Quede atenta escuchando su programa y sus voces
marcaron las largas siestas de almuerzo en el precario local de la cocinita,
donde durante varias jornadas los escuche atentamente y no solo aprendí cosas
en guaraní sino aprendí a conocerlos, a Vero y Beto.
Desde
ese entonces, pese a no conocerlos en persona para mí ya eran más que conocidos. Un año
más tarde cuando se dio apertura a la radio, en una cobertura por la emisora
pude conocerlos a los dos, sus voces me hicieron imaginar otra personalidad.
Vero, una mujer de mediana estatura y Beto un gran hombre de gran estatura, me
dieron un dulce saludo, haberlos conocido, y aún recuerdo ese día me llenaron
de orgullo, ya conocía a los maestros de gran parte de los estudiantes del
Prebir y también de los oyentes.
Vero
y Beto, eran la mejor dupla en la radio. Años más tarde tuve el privilegio de
trabajar en la Radio Fe y Alegría de la mano del compañero Carlos Goncalvez. Y
fueron los mejores momentos de mi profesión, la radio mi primer y gran amor, lo
pude compartir de la mano de Beto y Vero.
Marcaron
mi opción por los más pobres, mi opción por ayudar a los demás, por construir
la otra comunicación y por dar un granito de arena día a día a la construcción
de un país mejor.
Las charlas
y los análisis de coyuntura eran nuestra mejor merienda en Fe y Alegría. Nunca
recibimos reproches, tal vez lo tenía, pero siempre buscaba la forma de decirlo
de buena manera, a su manera, cual padre preocupado de sus hijos.
Beto,
hoy se fue, pero se sembró en nuestros corazones su solidaridad y sus ganas de
construir “Otro mundo es posible”, así
como a desalambrar eran las músicas que lo llenaban de energía y optimismo.
Mi
corazón no se resigna a la pérdida de Beto pero mi mente sabe que ya no está
pero desde el cielo sé que espera que hagamos algo por esos ideales que
difundió siempre y por los cuales luchó.
Su
voz se inmortaliza en el éter de las radios que aún difunden la programación
del Prebir y se inmortaliza también en nuestros recuerdos.
Mi pequeño homenaje a un gran tipo.
Esta es mi breve historia de cómo los conocí a través del éter y la magia de la radio a Vero y Beto. Para mí es un gran orgullo haber trabajado con ellos y forjado sueños de fuego que nunca se apagarán!!
Esta es mi breve historia de cómo los conocí a través del éter y la magia de la radio a Vero y Beto. Para mí es un gran orgullo haber trabajado con ellos y forjado sueños de fuego que nunca se apagarán!!
A Beto no se lo entierra, se lo siembra, porque el fue semilla. Semilla de solidaridad incansable, de amor, de fraternidad. A dónde van las personas buenas como Beto?