Nací
en Coronel Oviedo en 1985. Las oportunidades de una familia campesina; que
migró del campo a la ciudad, eran muy bajas en cuanto a aspirar a una carrera
universitaria. Mamá siempre me repetía sobre la importancia de un título universitario,
por lo que aposté en mi adolescencia por algo seguro como la tecnicatura en
Contabilidad en un colegio público.
Las
notas eran excelentes, pero imaginas que pasaría gran parte de mi vida
encerrada entre números y cuatro paredes me frustraron. Una propuesta primaveral
hizo nacer en mí la opción por el periodismo. En la época del colegio nació la
idea de una revista escolar. El plan se concretó y la idea de escribir me
apasionó. En esa época guardaba celosa poemas escritos al azar, hoy ya tirados
por el horror que me causó leerlos a mis 25 años. Esa es otra historia.
La
idea de optar por otra carrera y romper esquemas en lo trazado, albergó el
miedo y la ira de mi mamá Delia Paredes al hablarle de mis ganas de estudiar
periodismo. Es que todo ya estaba planificado, mi segundo paso era estudiar
Contabilidad en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Asunción.
Romper
ese esquema fue mi primer desafío, solo obtuve el apoyo de papá Oscar Oviedo. Y
así, inicié un largo camino para aprender
sobre el mejor oficio del mundo, como lo describió Gabriel García Márquez,
renombrado periodista y escritor colombiano.
El camino
no fue fácil, sin experiencia. Provengo de una familia que no alberga
periodistas en el entorno y en la que todos veían difícil mi desenvolvimiento
porque soy tímida. Rompí esquemas, cambié, me forje y la Facultad de Filosofía
solo logró escupir una autómata. La experiencia la obtuve en la calle y en la
radio.
Hoy
soy periodista de calle y escritorio. Licenciada en Ciencias de la Comunicación
por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Me declaro una amante de la
comunicación radiofónica (aunque ahora las palabras se trasladaron a la
escritura). Actualmente, trabajo en la sección País del Diario Última Hora
desde hace tres años y 11 meses.