Teniendo en cuenta el día de la celebración de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos que se celebró el pasado 10 de diciembre y como una
manera de analizar y reflexionar acerca de esta fecha elegí el artículo 23 el
inciso 3 que expresa que: “Toda persona que trabaja tiene derecho a una
remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia,
una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso
necesario, por cualesquiera otros medios de protección social”.
El
proyecto denominado diseño y puesta en marcha de políticas de
mejoramiento de las condiciones de trabajo y fortalecimiento de derechos de
trabajadoras domésticas remuneradas impulsada por la consultora María Victoria
Heikel de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a pedido del
Instituto de Previsión Social (IPS) da a conocer datos reveladores acerca de
este sector que es considerado muy poco importante dentro de la sociedad
machista paraguaya que no le da importancia al trabajo doméstico realizado por
las mujeres, por considerarlo irrelevante.
Este estudio se enmarca en las acciones para la implementación efectiva
del Convenio No 189 sobre Seguridad Social y Formación Profesional que expresa
el artículo 23 de la declaración de los DDHH.
La situación de los trabajadores
domésticos y las trabajadoras domésticas en el país se dimensiona en la
principal función que cumplen los y las trabajadoras en el seno de las familias
paraguayas y en la economía nacional y también la importancia del a
formalización del sector y la inscripción al seguro social del IPS. Este sector
solo cobra el 40% del salario mínimo legal vigente, muy por debajo de lo
necesario para llevar una vida digna, en caso contrario se paga un monto
inferior al porcentaje mencionado.
El salario mínimo legal vigente es de
G. 1.658.232 desde abril del 2011 y teniendo en cuenta el 40% alcanza G.
663.293 lo que debería cobrar una empleada doméstica, caso contrario alcanzan
un sueldo mensual de G. 400.000 o G. 500.000 muy por debajo de lo estipulado,
situación que se repite y que no es controlada por las autoridades. Existe una
violencia laboral en el país, una informalidad y sub registro, que pese a todo
con el tiempo esta cambiando y se prevé que haya mejores condiciones laborales
para el sector, según María Victoria Heikel de la OIT. Afirma dicha situación
teniendo en cuenta las cifras oficiales acerca de que hay menos criaditas en
los hogares debido a que es una situación que se denuncia y que se está
evitando.
Las estadísticas según el estudio
realizado recientemente por la OIT en base a datos de la Encuesta Permanente de
Hogares (EPH), en el 2010 se registran 219.744 trabajadores domésticos
remunerados, de los cuales 14.548 (6.6%) son hombres y 205.196 (93.4%) son
mujeres. Entre las mujeres 41.021 (20%) trabajan con la modalidad de contrato
“sin retiro” y 164.175 (80%) en la modalidad “con retiro”. En
la ciudad de Asunción, el Departamento Central y el de Alto Paraná se concentra
el 84.7% de los hogares que contratan “sin retiro” y el 63.6% de los que
contratan “con retiro”.
Teniendo en cuenta que si bien la
obligatoriedad del seguro social de salud para el trabajo doméstico
remunerado existe desde 1967 (Ley N°
1085/65 de Reforma del IPS), recién
desde setiembre del 2009, por Resolución
089-012/09 del IPS la cobertura se extendió desde Asunción a todo el territorio
nacional. A partir de dicha Resolución, todos los trabajadores y trabajadoras
domésticas del país tienen derecho a contar con el seguro de salud del IPS. La
inscripción es obligatoria y recae bajo la responsabilidad del patrón (aunque
también puede ser tramitado por el trabajador/a). Sin embargo, la realidad en
la realidad existe todavía patrones que no aseguran a su empleada domestica al
seguro social.
En el país hay 200.000 mujeres y
15.000 hombres trabajadores domésticos (jardinero y chofer), de los cuales solo
el 16% está inscripto al seguro social del Instituto de Previsión Social (IPS),
por ello se impulsa la campaña nacional de sensibilización e inscripción
denominada Seguro Social para el trabajador y la trabajadora doméstica, que
pretende aumentar el número de beneficiarios para el acceso a una cobertura de
salud, así también existe la modalidad de inscripción voluntaria para acceder a
la jubilación con un régimen especial en el IPS.
Un estudio que realizó la OIT revela
que las principales barreras de inscripción de la trabajadora doméstica al
seguro social tiene que ver con la percepción que tiene la población de que el
servicio doméstico es una actividad considerada como algo que no tiene valor ni
social ni económico, explicó María Victoria Heikel de la organización
internacional.
En este sentido, es importante
dimensionar la principal función que cumplen los y las trabajadoras en el seno
de las familias paraguayas y en la economía nacional y también la importancia
del a formalización del sector y la inscripción al seguro social del IPS. Esperemos
que el Estado, a parte del IPS, pueda ocuparse de este sector que impulsa una
legislación para cobrar el salario minimo legal vigente lo que les permitirá
llevar una vida digna como lo estipula los DDHH.
Fuente: Trabajo presentado para la Universidad Nacional de Pilar
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